Tengo suerte, no salgo sin ella, al parecer si no la tengo no bailo.
Cuándo lo pienso, no siento nada más que vengo y no paro,
Se me vienen las emociones y se le eleva al miembro del club el ocio.
Llega con su retahíla de complejidades y soluciones del tema resuelto.
Cada tanto se me pregunta y no consigo respuesta, pero ahí está.
Es la luna del campo que sin verde brillará con la lámpara de tu mama.
Pero no logro ver sin mis catalejos que me dejan ciego y bizco.
Hasta cuándo será que debo seguir sin esperanza.
Solo contemplo tu sonrisa y me da tristeza de notar tu alegría.
Lloro sin cesar y las lágrimas por más que brotan no paran de secarse.
El trago se me viene y me mueve el son de tu música, lenta, pegajosa.
Pero no logro sentir placer de tanta dulzura que me das.
Peculiar tu nariz rozando el dedo meñique sacando vida de ese foso.
Probando si la textura del flan esta punto final o seguido.
No digas más, no escucho tu silencio, abrumado estoy del sonar de tu oleaje.
Ya no entiendo lo que dices al tío que no recuerdas ayer, qué, paseaste el perro.
Mi suerte sigue, menos mal que más o menos la tengo convencida.
Ella baila conmigo y se unta de la tolerancia del sonido que llega.
Ondulado el ritmo del placer no contemplado.
Si lo leíste todo y entendiste algo, porfa dime, yo ni pío entendí.
Cuándo lo pienso, no siento nada más que vengo y no paro,
Se me vienen las emociones y se le eleva al miembro del club el ocio.
Llega con su retahíla de complejidades y soluciones del tema resuelto.
Cada tanto se me pregunta y no consigo respuesta, pero ahí está.
Es la luna del campo que sin verde brillará con la lámpara de tu mama.
Pero no logro ver sin mis catalejos que me dejan ciego y bizco.
Hasta cuándo será que debo seguir sin esperanza.
Solo contemplo tu sonrisa y me da tristeza de notar tu alegría.
Lloro sin cesar y las lágrimas por más que brotan no paran de secarse.
El trago se me viene y me mueve el son de tu música, lenta, pegajosa.
Pero no logro sentir placer de tanta dulzura que me das.
Peculiar tu nariz rozando el dedo meñique sacando vida de ese foso.
Probando si la textura del flan esta punto final o seguido.
No digas más, no escucho tu silencio, abrumado estoy del sonar de tu oleaje.
Ya no entiendo lo que dices al tío que no recuerdas ayer, qué, paseaste el perro.
Mi suerte sigue, menos mal que más o menos la tengo convencida.
Ella baila conmigo y se unta de la tolerancia del sonido que llega.
Ondulado el ritmo del placer no contemplado.
Si lo leíste todo y entendiste algo, porfa dime, yo ni pío entendí.
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