El Hombre diseña ideologías políticas de toda índole con
el propósito de mejorar su gobernanza. Usa ideas seductoras
y una firme intención de fascinar y convertir seguidores.
Ideas que los principios éticos y valores fundamentales deben permear, enmarcar, nutrir y <tutelar>. Si no es así, no servirán y seguro no
alcanzarán el propósito que prometen.
Ideas que deben estar diseñadas para superarse, mejorarse o adaptarse al constante cambio de la vida, sin renunciar ni ir en contra de los principios éticos fundamentales. El cambio es esencial e inexorable en la sociedad del Hombre. Cualquier ideología que desee mantenerse estática e inmodificable, caerá en la obsolescencia, la ineficacia y tenderá a desaparecer.
Sí al aceptar y adoptar una ideología piensas rotundamente que las demás no sirven, vas errado en tu camino.
Sí crees que tu deber es imponer por cualquier medio tu ideología sobre
las demás, es posible que vayas camino a una tiranía.
Sí tu idea no respeta las diferencias, estás condenado a la guerra.
Si tu idea no puede interactuar con otras y cree que las demás deben rotar alrededor de ella, nos condenas a la violencia y al
oscurantismo.
Si tu idea empuja tus básicos principios éticos a la basura, en eso te
convertirás.
Sí tu idea no te sobrevive, fue una pésima idea.
¿Qué será de nosotros llenos de ideas y con una ética ideologizada?
Las ideologías y su cuento chimbo © 2018 by Michel Saer Daccarett is licensed under CC BY-NC-ND 4.0
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