16.6.25

Empero: Vivimos!

Plocos: "Porqué decimos que la palmera se mueve, cuando es el viento quien la mueve, empero, se mueve."

“Es la palmera o el viento”: Tensión sujeto/agente.

Hay tensión entre realidades. La Realidad Observada (Fenomenológica): "La palmera se mueve". Esta es nuestra percepción directa e innegable. Miramos por la ventana y vemos el movimiento. En esta construcción, la palmera es el sujeto de la acción "moverse". La Realidad Causal (Analítica): "Es el viento quien la mueve". Este es nuestro entendimiento intelectual del fenómeno. Sabemos que la palmera no tiene agencia propia; es un objeto pasivo que reacciona a una fuerza externa. Aquí, el viento es el agente de la acción, y la palmera es el objeto que la recibe.

Cotidianamente somos parsimoniosos con nuestro lenguaje, no nos gusta lo complejo. Casi siempre nos enfocamos en el sujeto observado ("la palmera se mueve", "la puerta se cerró", "el barco se hundió") en lugar de detallar siempre el agente causal ("el viento movió la palmera", "la corriente de aire cerró la puerta", "el agua hundió el barco").  Esta simplificación lingüística, muchas veces nos induce a no pensar en lo que realmente está sucediendo. Caemos en la acriticidad.

¿Nos movemos o nos mueven?: Cuestión de la agencia.

Debemos cuestionarnos siempre sobre nuestra propia forma de hablar y pensar. El atribuir una especie de "vida" o acción a objetos inanimados, debería llevarnos a un plano mucho más profundo y humano: ¿Y nosotros?  Decimos "yo decidí estudiar esto", "yo elegí este trabajo", "yo me enamoré de esta persona". Pero, ¿cuánto de ese "yo" es el verdadero agente y cuánto es el resultado de vientos invisibles?

  • El viento de la biología: Nuestros genes, nuestras hormonas. 
  • El viento de la psicología: Nuestros traumas infantiles, nuestros deseos inconscientes.
  • El viento de la sociedad y la cultura: Las expectativas de nuestra familia, la presión social, la economía del país.

 Tenemos libre albedrío o todo está determinado.

 “Empero”: la resolución.

No importa si la causa es interna o externa, si tiene agencia propia o es movida por una fuerza invisible. El hecho es que el movimiento existe. La experiencia es real. Traducido al plano humano: aunque podamos analizar todas las fuerzas biológicas, psicológicas y sociales que nos "mueven", no podemos negar la realidad de nuestra experiencia. Empero, actuamos. Empero, sentimos. Empero, vivimos. Entonces debemos estar conscientes de:

  • La diferencia entre la percepción y el análisis causal.
  • La noción de agencia y sujeto a través del lenguaje.
  • Del libre albedrío o el determinismo.
  • De que la experiencia vivida es válida más allá de sus causas últimas.

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