La combinación en nuestro pensar de la imaginación con el miedo, en la mayoría de los casos, es una “combinación fatal”. Si no somos cuidadosos, estos dos demonios en una manguala cómplice y malvada nos llevan a
recrear futuros terribles, que de alguna manera “vivimos”, sufrimos e inclusive
lloramos, pero que en muchas ocasiones nunca se hacen realidad.
Y aunque nos repetimos hasta el cansancio que debemos estar serenos, pacientes y no hacer suposiciones, casi siempre
dejamos que la ansiedad, el desespero, la impaciencia y todas aquellas
emociones y sentimientos amigos del miedo, dirijan nuestro pensamiento a recrear y visualizar (“vivir”) escenarios terribles, que no sabemos si realmente sucederán.
Será que cuando tengamos mucho miedo, podremos
dejar de pensar tanto?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario