26.4.25

La cosa, la luz, la realidad es real

 

Dionisio Osorio 2025-04-26 , Paseo peatonal Castillogrande, Cartagena de Indias

Plocos: "Las 'cosas' se ubican dimensionalmente y la luz las revela. Luz que con sus manifestaciones particulares les cambia de aspecto y permite aproximaciones a su esencia. 

En el claroscuro las 'cosas' nos dejan ver sus contrastes."

La biología y la neurociencia, aceptan la existencia de lo real (objetivo) como parte de la realidad, pero respaldan la idea de que también comprende elementos activos de realidad construida. Nuestro cerebro es un órgano dinámico que interpreta, integra, predice y deduce activamente. Genera constantemente hipótesis sobre las causas de lo que percibe basándose en la información entrante, el contexto y la experiencia previa (Memoria).

Lo que experimentamos conscientemente es el resultado de esta compleja interacción, donde la información sensorial es modulada por la atención, las expectativas, las emociones y las creencias. Esta construcción, sin embargo, no es arbitraria. Está anclada en las interacciones con el entorno y ha sido moldeada por la evolución para ser adaptativa, es decir, para guiar comportamientos que favorezcan la supervivencia y la interacción efectiva con el mundo real. 

Nuestra realidad construida, aunque subjetiva en su génesis, tiene consecuencias objetivas. Además, esta construcción no es puramente individual; la intersubjetividad, la cultura y el lenguaje juegan un papel crucial en la conformación de realidades compartidas.

Lejos de la idea de la percepción como una ventana pasiva o un espejo fiel del mundo exterior, la neurociencia actual concibe la percepción como un proceso fundamentalmente activo, interpretativo y constructivo. El cerebro no se limita a registrar pasivamente los estímulos sensoriales; los integra, los interpreta en función de experiencias previas, expectativas y el contexto actual, y genera activamente nuestra experiencia perceptiva.

Conceptos como la plasticidad cerebral demuestran que el cerebro se modifica estructural y funcionalmente en respuesta a la experiencia, adaptando sus mecanismos de procesamiento. Modelos teóricos influyentes, como el del cerebro bayesiano o la codificación predictiva, proponen que el cerebro genera constantemente hipótesis o predicciones sobre las causas de la información sensorial que recibe, y actualiza estas predicciones en función de los errores, la diferencia entre lo esperado y lo recibido. En esta visión, lo que percibimos no es el input sensorial bruto, sino la mejor hipótesis del cerebro sobre lo que hay ahí fuera, dada la información sensorial y sus modelos internos del mundo.

Entonces la realidad construida no sería un percepto donde lo real se trasmite transparentemente, sino el resultado generado por una mente consciente, que sinérgica y simultáneamente, encapsula toda información sensorial, la intelectualiza y luego la 'refracta' o 'polariza' con creencias, emociones y afectos. En conclusión, la naturaleza de la realidad subjetiva es maleable: Actual, ligada al momento presente. Fugitiva, cambiante. Conceptual, mediada por ideas, y Particular.

Empleando una analogía lumínica simplista: lo real (objetivo) como la luz, al interactuar en la realidad puede ser transmitida, reflejada, refractada o absorbida. Esta analogía pretende visualizar cómo lo real puede ser una representación fiel (transmisión), una distorsión (refracción), una imagen parcial (reflejo) o incluso una desconexión (absorción).


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