Íntimamente inmersos en este mundo, lo
observamos y medimos, y como recentales extraídos del flujo evolutivo,
intentamos absorberlo. Intrigantemente, percibirlo, discernirlo y conocerlo
enfrenta complejas limitaciones. Venimos con 'cribas' o 'prismas' mentales
preestablecidos, dificultando la transparencia de su verdadera esencia.
Limitaciones que aspiramos salvar con
curiosidad crítica, imaginación y búsqueda de sentido. Entonces estilamos,
dinámica y progresivamente, múltiples tecnologías, producto de la decantación y
refinamiento del saber, expandiendo nuestros sentidos y capacidades de
medición.
Plocos: ¿Aprehender nuestro mundo hace parte de nuestra búsqueda
de sentido o encontrarle sentido a nuestra vida nos ayuda a aprehenderlo?
Nuevos 'sentidos' tecnológicos,
expanden nuestros límites de lo perceptible, permitiéndonos 'sentir' y medir
aspectos de la realidad, inherentemente inaccesibles, desafiando al concepto
kantiano de la imposibilidad de aprehensión de la "cosa en sí". Entonces el "fenómeno"[1] se amplía, incorporando aspectos antes considerados
incognoscibles, sugiriendo que la frontera entre lo percibido (subjetivo) y lo
real (lo que es), es dinámica, y se transforma dependiendo de nuestro avance
tecnológico, el nivel de saber.
Pero la elección de qué medir, cómo
medirlo y cómo interpretar esos datos sigue estando mediada por nuestras
teorías, marcos conceptuales y, en última instancia, por la estructura de
nuestro entendimiento, aunque esté ampliado tecnológicamente, y nos vemos embocados
a revisar continuamente las "formas a priori": categorías del
entendimiento (sustancia, causalidad, etc.). Condiciones necesarias y
universales para cualquier experiencia humana posible.
Hoy la tecnología no anula la
distinción kantiana, la complejiza, mostrando que lo cognoscible es relativo a
nuestras capacidades, naturales o artificiales de percepción y comprensión. Persiste
la idea de lo real (objetivo) como un horizonte muy lejano, que escapa a
nuestra cognición, ya sea por limitaciones biológicas o por la naturaleza misma
de la realidad, aun así, ya no se 'siente' inalcanzable.
Plocos: ¿Será que esta capacidad de influir directamente en la
"realidad objetiva" altera nuestra comprensión de la separación entre
el "sujeto cognoscente" y el "objeto incognoscible"?
En ese intento, no nos gustaría objetivar
la realidad, pero con los nuevos modos de medir y registrar fenómenos que
ocurren a escalas o en rangos que nuestros sentidos no pueden captar
directamente, promovemos una forma de "objetivar" lo que antes era
puramente teórico o inferido.
Plocos: ¿Es la medición un intento fútil de no 'sentirse'
sumergidos?
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